Es una norma de carácter internacional que determina los requisitos en los sistemas de gestión de seguridad que debe de seguir cualquier empresa que se dedique a la industria alimentaria. Se trata de la primera norma a nivel internacional que establece las medidas de seguridad que debe seguir una empresa en la cadena de producción alimentaria, desde la manipulación de un alimento hasta su transporte, independientemente de si se trata de empresas del sector primario, transportistas, mayoristas o minoristas.
Objetivos:
- Asegurar la protección del consumidor y fortalecer su confianza.
- Reforzar la seguridad alimentaria.
- Fomentar la cooperación entre las industrias y los gobiernos.
- Optimizar los costes a lo largo de la cadena de suministro alimentaria.
Ventajas:
- Integración en el sistema de Gestión de la organización un sistema de Gestión de Calidad y un Sistema de gestión de Seguridad Alimentaria.
- Incremento de control en seguridad alimentaria, lo que supone una reducción de los peligros que puedan derivarse.
- Mejora de la comunicación entre las partes implicadas en la cadena de suministro.
- Mejora de comunicación y mayor transparencia entre las partes implicadas.
- Exige cumplir los requisitos mínimos establecidos por la ley a las empresas.
- Otorga cierto reconocimiento a la empresa que dispone de este certificado, ya que se trata la única norma común en relación con la seguridad alimentaria.
- Es aplicable a pequeñas y medianas empresas. Es posible implementarla en la medida y proporción de las necesidades que estas puedan tener.
Es un sistema de seguridad diseñado específicamente para la industria alimentaria que certifica la seguridad y la calidad de los productos alimenticios procesados y los procesos de producción.
La IFS surge por la necesidad que detectaron asociaciones de distribuidores de Alemania, Francia e Italia de disponer de una norma común de calidad y seguridad alimentaria ante la aparición de nuevos requisitos legales y la globalización en la distribución de productos en este sector.
El hecho de que empresas fabricantes y envasadoras de productos alimenticios dispongan de esta norma les permite acreditar el suministro de productos alimentarios seguros conforme a las especificaciones de la legislación vigente.
Ventajas:
- Implantación de unos requisitos estandarizados.
- Posibilidad de exportar productos alimenticios a países que acrediten la certificación.
- Garantías sobre aspectos críticos en procesos de seguridad alimentaria como el cumplimiento de los Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC) o prácticas de higiene.
- Evidencia el cumplimiento de la normativa en materia de seguridad alimentaria.
- Reduce los riesgos de contaminación en las etapas de producción y facilita su control.
- Proporciona una herramienta a las empresas para implantar procesos de mejora continua.
- Mejora la satisfacción del cliente.
- Contribuye a una mejor imagen corporativa de la empresa.
- Reduce la recepción de auditorías externas.
- El personal recibe una mejor información sobre la implantación de prácticas en procesos de seguridad alimentaria.
El BRC es uno de los certificados referentes en materia de Seguridad Alimentaria y con mayor aplicación en la actualidad.
Este protocolo que han de cumplir las compañías proveedoras de productos con marca a empresas minoristas en el Reino Unido, tiene un reconocimiento internacional y su objetivo es aumentar la calidad, legalidad e inocuidad de los alimentos producidos. La norma BRC (British Retail Consortium) es un sistema de seguridad alimentaria desarrollado por la distribución minorista británica.
Surgió como necesidad de desarrollar una norma uniforme de calidad y seguridad alimentaria. Entre los factores más determinantes para ello se destacan las demandas de los consumidores, la responsabilidad cada vez mayor de los distribuidores, el incremento de requisitos legales y la globalización del suministro de productos.
Es una norma específica para la industria agroalimentaria, siendo solo aplicable a compañías fabricantes o envasadoras de productos alimenticios. Es decir, la norma BRC sólo puede aplicarse cuando se procesa un producto o cuando existe un peligro de contaminación de un producto durante el proceso de envasado primario.
Para compañías que solo realicen transporte, almacenamiento y distribución se ha desarrollado la Norma Mundial de Almacenamiento y Distribución, más enfocada a este otro tipo de actividades.
La norma BRC ha sido desarrollada para facilitar a los minoristas una herramienta de gestión de la calidad, especialmente orientada al cumplimiento de sus obligaciones legales y de protección al consumidor.
Beneficios:
- Establece una norma y un sistema de evaluación comunes llevados a cabo por organismos de certificación acreditados.
- Reduce el número de auditorías soportadas por empresas de distribución y otros clientes, que reconocen la auditoría de certificación como si fuera propia.
- Constituye una prueba evidente del cumplimiento de la legislación en materia de seguridad alimentaria.
- Supone una diferenciación competitiva
- Asegura una mayor facilidad para la comparación y transparencia a lo largo de toda la cadena de suministro.
- Permite conciliar la seguridad alimentaria y el control de calidad.
- Facilita el control de todas las etapas de producción, reduciendo al máximo los peligros de contaminación y asegurando la inocuidad de los alimentos producidos y/o envasados.
- Permite acceder a nuevos mercados gracias a su incremento en cuanto a calidad y al cumplimiento de requisitos de muchos de los grandes distribuidores.
- Fácilmente integrable con otras normas de seguridad alimentaria (IFS/BRC/ISO 22000).
GLOBALGAP establece normas voluntarias a través de las cuales se puede certificar productos agrícolas en todas partes del mundo.
La creciente preocupación por la seguridad alimentaria y la protección del medioambiente, hace que la garantía del cumplimiento de buenas prácticas en este sector sea esencial.
El protocolo se basa en los criterios de Seguridad de los Alimentos. Contempla las técnicas de producción con el objetivo de un uso controlado de fitosanitarios para minimizar el impacto de los residuos en los alimentos, el hombre y su entorno.
Objetivos:
- Proporcionar confianza a los consumidores acerca de la seguridad alimentaria, los estándares ambientales y laborales.
- Para ello desarrolla una norma a nivel de la explotación, que abarca todo el proceso de producción del producto certificado, desde el inicio (desde la siembra o plantación) y todas las actividades agropecuarias subsiguientes, hasta el momento en que el producto es retirado de la explotación
Beneficios:
- Proporciona confianza a los consumidores.
- Asegura el acceso a los mercados.
- Reduce las inspecciones de tercera parte realizadas por la distribución.
- Control más eficiente y dinámico de los riesgos para la seguridad alimentaria.
- Facilita el cumplimiento de la legislación de referencia
- Agiliza una comunicación eficaz con todas las partes interesadas
- Ahorro de tiempo y costes en auditorías integradas con BRC, IFS, GRASP, ALBERT HEIJN, TESCO NURTURE, LEAF MARQUE.
La certificación ecológica garantiza que los productos han sido producidos o elaborados siguiendo las normas de la agricultura ecológica, y que han sido controlados en todo su proceso de producción, preparación, envasado y comercialización.
Todos los operadores ecológicos son inspeccionados al menos una vez al año.
El control cubre cualquier etapa, desde la producción primaria de un producto ecológico hasta su almacenamiento, transformación, transporte, venta y suministro al consumidor final y, cuando corresponda, las actividades de etiquetado, publicidad, importación, exportación y subcontratación.
Bajo la actual normativa de producción ecológica:
SON CERTIFICABLES
- Los productos agrarios vivos o no transformados, incluidas las semillas y demás materiales de reproducción vegetal.
- Los productos agrícolas transformados destinados a la alimentación humana.
- Los piensos.
- Determinados productos estrechamente vinculados a la agricultura (levaduras destinadas al consumo humano o animal, yerba mate, maíz dulce, hojas de vid, palmitos, brotes de lúpulo y otras partes comestibles similares de plantas y productos obtenidos de las mismas, sal marina y otras sales para alimentación y piensos, capullos de seda aptos para el devanado, gomas y resinas naturales, cera de abejas, aceites esenciales, tapones de corcho natural, no aglomerados y sin sustancias aglutinantes, algodón sin cardar ni peinar, lana sin cardar ni peinar, pieles en bruto y pieles sin tratar, preparaciones vegetales tradicionales a base de plantas; cuando sean producidos, preparados, etiquetados, distribuidos, comercializados, importados a la Unión o exportados de esta, o vayan a serlo.
El concepto de denominación de origen surge en España para distinguir la calidad de una serie de productos a través de un etiquetado específico.
Para valorar minuciosamente el nivel de calidad de un producto, el consejo regulador evalúa no solo la materia prima, sino también el proceso de elaboración y conservación implicado en el resultado final.
El reglamento sostiene que la Denominación de Origen Protegida (DOP) es “un nombre que identifica un producto originario de un lugar o región determinada, cuya calidad o características se deben fundamental o exclusivamente a un medio geográfico particular, con los factores naturales y humanos inherentes a él y cuyas fases de producción tienen lugar en la misma zona geográfica definida”.
Así, además de la calidad, factores como la singularidad y la originalidad de un producto contribuyen a que una región consiga la denominación de origen protegida.
Tipos:
- Denominación de Origen Protegida: Aquí incluimos los productos cuya calidad se debe a una ubicación geográfica concreta, influida también por unos factores naturales y humanos. La producción, transformación y elaboración debe realizarse también en la misma región para que este tipo de distintivo pueda otorgarse
- Indicación Geográfica Protegida: Se diferencia de la Denominación de Origen Protegida en que, en este caso, no es necesario que todo el proceso de producción tenga lugar en el mismo territorio. Para que la calidad de un producto sea alabada por este sello, la producción, la elaboración o la transformación debe realizarse en la misma región. Es decir, necesitamos que uno de los procesos esté vinculado al territorio, pero no necesariamente todos.
- Especialidad Tradicional Garantizada: Se trata de un sello que sirve para subrayar el valor de la tradición en los procesos de elaboración de un producto. Pueden optar a esta etiqueta los productos elaborados bajo una receta tradicional y que, durante al menos 30 años, hayan utilizado los mismos ingredientes. Actualmente, solo tienen este título la torta de aceite, los panellets, la leche certificada de granja y el jamón serrano curado en base a unas características específicas.
Ventajas:
- Abrir las puertas del mercado internacional.
- Proteger legalmente a los productores en el caso de que esta producción se iniciará en otras zonas geográficas.